miércoles, 26 de junio de 2013

Confía en el rosa. O quizás no...

Pink, it was 
love at first sight...
(Aerosmith, "Pink")

Casi todos los colores tienen connotaciones, pero pocos las tienen tan claras como el rosa. Basta con darse una vuelta por las tiendas de ropa infantil, las jugueterías, o por la misma calle... Es obvio: el rosa es el color de lo femenino. Lo tenemos grabado a fuego en nuestro inconsciente colectivo, y no es raro que así sea, porque ya desde nuestro nacimiento entramos en contacto con este simbolismo: cualquier color es válido para vestir a un bebé (¿excepto el negro?), pero el rosa es exclusivo para las niñas. Nadie en su sano juicio preguntaría si es niño o niña a los orgullosos papás de un bebé vestido de este color.

Por esta misma asociación, el rosa tiene también una marcada connotación de homosexualidad (si consideramos que un hombre gay es afeminado, va de la mano el que también le guste el rosa, ¿no? Pero claro, evidentemente esto no tiene en cuenta el que no todos los homosexuales son afeminados, ni todos los hombres afeminados son necesariamente homosexuales, pero para no desviarnos del tema, vamos a no entrar en este asunto). El mismo título de este blog se llama así debido a esta doble asociación de ideas, así como otras que parten de este color: lo alternativo, los roles de género, los significicados asignados a las cosas por razones históricas y culturales.

Porque no, el rosa no siempre fue un color "de niñas", y de hecho, por asombroso que parezca, esta asociación tiene apenas dos siglos de antigüedad. Si nos remontamos a principios del siglo XIX, resulta que la asociación de colores por sexos era... ¡la contraria! Sí: el color apropiado para los niños era el rosa, y el de las niñas el azul. Y la explicación que se se daba tenía bastante sentido si lo piensas: el rosa es un tono suavizado del rojo, el color de la sangre y la pasión, y por ello se asociaba al sexo masculino, que era el que en esta época iba a las guerras y debía ser fiero y luchador. Pero claro, un niño pequeño no va a ir a la guerra todavía, así que se le asignaba el rosa, la versión suave del rojo.
"Master Nicholls (The Pink Boy)", T. Gainsborough

El azul por otro lado era considerado delicado y dulce, y por tanto apropiado para las niñas. Se da además la circunstancia de que el azul va asociado a uno de los principales arquetipos femeninos que existen: la Virgen María, con su manto azul cubriéndole el pelo. ¿A que visto así tiene sentido?

Como decía, a principios del s. XIX comenzó a establecerse la connotación cultural del rosa que nos ha llegado hasta hoy. No fue inmediato, ya que al parecer durante un tiempo hubo bastante controversia y una parte de las tiendas de ropa preferían atenerse a la división rosa=niñas, azul=niños, y otras a la contraria. Ya sabemos qué facción terminó ganando...

Pero lo interesante de todo esto es que, si lo piensas, incluso algo tan incrustadísimo en nuestra cultura como es el significado del rosa, es una invención. No siempre fue así, y por tanto cualquier significado que se le quiera dar no es intrínseco a él. Sin embargo, si haces una pequeña encuesta a tu alrededor, seguramente mucha gente dará por sentado que esto siempre fue así. Y esto da pie a reflexionar. ¿Cuántas cosas más puede haber que damos por sentadas porque "así son y así han sido siempre"...

... y en realidad son un invento de nuestra sociedad?