sábado, 29 de diciembre de 2012

De óxido y hueso (2012)

Director: Jacques Audiard
Guionista: Jacques Audiard, Thomas Bidegain
La frase: "Claro que encajas aquí".

Cuando una actriz es tan guapa como Marion Cotillard, tiene su mérito hacer una película como esta, en la que prescinde casi totalmente del maquillaje y, para más inri, a los pocos minutos del metraje la protagonista sufre un accidente que la deja recluida en una silla de ruedas, con sus dos piernas cercenadas a la altura de los muslos... Y el director no tiene ningún reparo en mostrarlas constantemente a lo largo de la película, junto a la sangre, el sudor y las lágrimas de sus protagonistas.

El argumento es bastante sencillo: inesperadamente, Ali, un joven rudo y de pocas palabras, se tiene que hacer cargo de Sam, su hijo de seis años. En seguida se hace evidente que Ali no está en absoluto preparado para ser padre, sobreviviendo a salto de mata y alimentando a su hijo como puede, hasta que recala en casa de su hermana (uno de los héroes en la sombra de la película) y su cuñado, que ofrecen al niño y al propio Ali la estabilidad y el techo que por sí solo no puede conseguir. En su recién estrenado trabajo de portero de discoteca conoce a Stephane, una chica de carácter fuerte que trabaja en un parque acuático de orcas. Su primer contacto ya marca claramente sus personalidades: Ali es franco, irreflexivo y de pocas palabras, y Stephane es muy independiente y directa, y le gusta ser observada. Poco después Stephane sufre el accidente que pone en marcha de verdad la trama, y en una decisión sorprendente, la primera persona en quien decide apoyarse, literal y metafóricamente, es en Ali, a quien apenas conoce...

Y poco a poco se entiende por qué: al poco de conocerlo, Stephane se ha dado cuenta de que Ali es el tipo de persona que no va a mirarla con compasión ni va a darle discursos: en lugar de eso la lleva de paseo, a la playa (y aquí la película, a través de la fotografía, introduce uno de sus motivos recurrentes: la luz, impregnándolo todo y colándose en forma de rayos de sol que caen por las esquinas cuando los dos están juntos, como en el mismo cartel). Allí ella vuelve a entrar en contacto con el agua, y una vez dentro ya no importa estar mutilada: se puede nadar sin pies. Al terminar, Ali la saca cargándola a sus espaldas sin aparente esfuerzo, como fortachón que es. Ali lo resuelve todo usando su fuerza física.

A lo largo de la película los personajes, a través de su contacto mutuo (y tienen mucho "contacto": se trata de una película muy física, llena de primeros planos del cuerpo), van evolucionando de forma gradual y sutil. El recorrido de Ali es particularmente tortuoso y en varios momentos no se gana en absoluto la simpatía del espectador, con sus formas amorales de ganar dinero y su incapacidad para cuidar de su hijo Sam.

Desde el punto de vista de los roles de género, la película plantea en principio dos arquetipos bastante clásicos, para a continuación hincar más a fondo el diente y revelarnos dos personajes más complicados de lo que parecía. Ali es el guerrero: es brutal, se abre camino a golpes, no piensa, apenas hace preguntas, no sabe cuidar a su hijo y sólo sabe solucionar las cosas con fuerza bruta. Stephane es la princesa rebelde, y es presumida y le gusta seducir, por lo que cuando su figura se ve destrozada por el accidente sufre un golpe emocional terrible (aunque desde luego lo sería para cualquiera). A lo largo del metraje, sin embargo, ella poco a poco vuelve a abrazar la vida, y en la que es quizás mi escena favorita de la película, recobra la fuerza de carácter que siempre la ha caracterizado: Ali, que se ha metido en el submundo de las peleas callejeras ilegales, está recibiedo una tremenda paliza. Ella tiene que esperar en el coche, porque como le dice el "mánager", nada de chicas aquí.

 La cámara se pone a ras de suelo, y empieza una secuencia a cámara lenta: él, tirado por tierra, la cara llena de sangre y sudor. Casi fuera de campo, la puerta del coche se empieza a abrir, y allí se plantan los pies electrónicos de Stephane y su muleta. Con lentitud pero seguridad, y una elegancia de movimientos que contradice su minusvalía, se adentra poco a poco entre esa maraña de hombres, mirándole fijamente. Y entonces él se pone de nuevo en pie y gana el combate.

Y a continuación, cuando por determinadas circunstancias el mánager de Ali tiene que marcharse temporalmente fuera de la ciudad, cede su puesto a Stephane, y le asegura que sí, ella es perfectamete capaz de manejarse en ese mundo de bestias. Comienza entonces una época triunfal para ambos. La verdad es que toda esta subtrama del mundo de las peleas me parece una muestra más de la irresponsabilidad de Ali, que ya gana dinero de otras maneras (tanto o más turbias) y podría dejar huérfano de padre a su hijo, pero sólo por este momento de superación personal que tanto él como ella experimentan, vale la pena toda la sordidez que lo rodea.

Finalmente la princesa demuestra ser más que una cara bonita, y el guerrero, una vez más a través de la fuerza física (en la impactante secuencia del hielo, y las consecuencias físicas y simbólicas que dejan en Ali), descubre que también dentro de él hay fragilidad, y que también necesita a alguien a su lado. En fin, una película llena de belleza y también de aristas, que se acaba ganando al espectador pese a su dureza, y que posee bastante más esperanza dentro que aquella otra película de 2005 del mismo director con la que comparte bastantes puntos, De latir mi corazón se ha parado.

Antes de acabar, una mención especial para el personaje de Anna, la hermana de Ali, uno de los héroes en la sombra de la película. En ocasiones, en los márgenes de las obras de ficción aparecen personajes como este, que nunca reciben la luz del foco, que no son encarnados por actores tan guapos como los de los roles principales, que no tienen voces bonitas ni grandes momentos épicos con música triunfal de fondo. Y sin embargo, sin grandes alardes, ahí está ella para acoger a su hermano y su sobrino, para darles un techo y comida, para buscarle un colegio a Sam y un trabajo a su padre, y este, el muy descerebrado, no sólo no le dedica un mísero momento a agradecerle todo esto, sino que encima consigue indirectamente (pero no muy indirectamente) que la echen de su trabajo. El mismo director no prestó mucha atención a la pobre Anna, así que este párrafo va dedicado a ella, y a todas las Annas del mundo real.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Megan Byte: real o virtual

En estos días la cadena de tienda de electrónica Media Markt ha lanzado una campaña de publicidad bastante curiosa, y que, indirectamente, pone de relieve perfectamente la evolución del rol de las chicas en las series de acción. La campaña en cuestión es una clara parodia del Equipo A, aquella serie de los ochenta en la que un grupito de cuatro ex-miembros del ejército norteamericano perseguidos por la justicia ("por un delito que no cometieron") se dedicaban a ayudar como mercenarios a gente con problemas. 

La mecánica de la serie era bastante simple: los cuatro solían llegar a algún pueblito donde el villano opresor de turno hacía la vida imposible a los habitantes; se ponían manos a la obra, y aproximadamente una hora más tarde, la cosa estaba resuelta. Cada uno de los cuatro componentes, todos ellos hombres, aportaba algo al grupo: Hannibal era el cerebro, M.A. la fuerza bruta, Murdock era el que pilotaba los aviones y aportaba el punto de locura al grupo con sus excentricidades (y personalmente era el único que me resultaba interesante), y Fénix era el listillo que siempre se ligaba a la chica guapa de turno de cada capítulo.

En los anuncios de Media Markt, cada uno de los personajes tiene una contrapartida en forma de parodia (es decir, todos son una versión exagerada de los originales, que ya de por sí eran bastante autoparódicos), pero el asunto es que hay un quinto miembro... que es una chica: Megan Byte.

La cosa es bastante significativa. En la serie original, las chicas apenas jugaban ningún papel: eran la damisela en apuros, el ligue de Fénix... en los ochenta realmente era una rareza que en este tipo de series de acción las chicas hicieran algo importante. Pero desde los ochenta hasta ahora la cosa ha cambiado muchísmo, y las chicas no sólo se pusieron las pilas y empezaron a luchar también, sino que fueron surgiendo series en las que ellas eran las protagonistas: luchadoras como Nikita, Xena, Sydney Bristow (Alias) o Buffy.

Así pues, en la parodia de 2012 del Equipo A contamos con una chica. El progreso logrado es evidente, pero aún así queda mucho camino por andar, y Megan Byte, pese a su actitud desafiante y segura de sí misma, no lo resuelve todo. En primer lugar, no deja de ser "la chica" del grupo. La primera cosa que la define es su diferencia sexual, es decir, en un equipo conformado por hombres por defecto, ella es la excepción. (Y si quieres más pistas, observa cómo en el anuncio la presentan al final, como en las enumeraciones sale al final, como en la lista de personajes sale al final). Por otro lado, su video de presentación hace hincapié en su condición de buenorra del grupo, mostrando a la contrapartida de Murdock pellizcándola (a lo que ella responde con la estereotípica bofetada) y otras imágenes de ella posando con ropa ceñida.

Irónicamente, Megan Byte representa, de cara al anuncio, la posibilidad de comprar cosas tanto en la tienda física como por internet, y los publicistas de esta campaña han transmitido este concepto con el mensaje de que la chica es a la vez "real y virtual". Así que ahí lo tienes: ¡la única chica del grupo ni siquiera es real al 100%!

No voy a ser totalmente negativo: me gusta Megan Byte. Me gusta su actitud desafiante. Me gusta su poder de teletransporte. Me gusta que aunque todo esto no sea más que una serie de anuncios, esta chica real y virtual se haya hecho un hueco en un grupo tan rebosante de testosterona como este. Pero no me gusta verla despeinándose y mareándose porque el falso Murdock la hace teletransportarse contra su voluntad una y otra vez. Tampoco me gusta verla dándole un vasito de ¿leche? al falso Hannibal. Y es que si algo demuestra Megan Byte es que el machismo, aunque hoy en día sea más sutil y no campe tanto a sus anchas, no tiene nada de virtual: es muy real y sigue vivo y coleando.

lunes, 26 de noviembre de 2012

El canon

En esta entrada me voy a salir un poco de los temas habituales para centrarme en algo un poco más universal: esa cosa que llamamos el canon estético.

Los cánones siempre han estado ahí, invisibles pero inevitables. A lo largo de la historia han ido transformándose y adaptándose a los tiempos, pero quizás nunca tanto como hoy en día han ejercido su influencia más dañina: hacer sentir mal. Si me preguntas en qué momento el monstruo dejó de ser una lagartija y se empezó a convertir en Godzilla, yo diría que fue la primera vez que alguien posó delante de una cámara y cobró un sueldo trabajando como... "modelo".

La palabra modelo, si nos centramos en la primera definición que da el diccionario, copio y pego del DRAE, significa:  "Arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo". Y aquí está el problema. Las personas que se dedican a trabajar como modelos están ahí para servir al resto de la sociedad de recordatorio constante de lo que deberían ser, de lo que deberían imitar, y en definitiva, de lo que nunca van a ser. Todas las operaciones, todas las dietas y todo el maquillaje del mundo nunca bastarán para otorgarte lo que la naturaleza no te haya dado. 

En los últimos años el listón ha ido subiendo poco a poco, y actualmente ni los propios modelos son ya lo bastante perfectos. El Photoshop, una herramienta tremendamente útil para retocar fotos que tenían defectos de iluminación, exposición o para mejorarlas de cualquier manera, encontró un uso inesperado: lograr que sobre el papel la gente de por sí guapa alcanzase cotas de belleza directamente imposibles en la vida real. 

Finalmente, toda la industria de la belleza (las revistas del corazón, la moda, el maquillaje...) se sustenta en una campaña constante para promover la baja autoestima. "Tal cual eres no sirves", es el mensaje, básicamente. Desde luego no es sano tener sobrepeso, pero si echas una ojeada a las revistas del kiosko, en seguida te darás cuenta de que cuando apuntan con el dedo acusador a tal famosa, la preocupación de la revista X no es la salud de Fulanita, sino que haya tenido el "atrevimiento" de irse a la playa y ponerse un bikini pese a tener michelines. ¿Cómo se ha atrevido? Como castigo, la horca pública: una portada y su nombre en letras fluorescentes. Y si el ejemplo lo pongo en femenino no es casualidad... y aquí conecto con uno de los temas centrales del blog: las chicas sin duda sufren esta campaña de acoso y derribo mucho más intensamente. Y si invertimos los roles y quizá la chica de cuerpo perfecto está en la playa acompañada de su novio, el cual, oh dios mío, tiene barriga cervecera, el veredicto es casi peor: la chica es tonta o está con él "por interés". Al parecer es imposible querer a una persona por su forma de ser, y no hablemos ya de la posibilidad de que te resulte atractiva una persona con kilos de más. ¡Herejía!

La gran mayoría nos preocupamos en mayor o menor medida por nuestro aspecto, sería hipócrita negarlo. En definitiva nuestro cuerpo, nuestra cara, nuestra ropa, son la primera seña de identidad que tenemos antes de que los demás nos lleguen a conocer personalmente, y ya sea poniéndote pantalones extra anchos de cantante de hip-hop como tiñéndote el pelo de rubio o poniéndote ropa cara, estás mandando un mensaje. Pero pese al bombardeo de los medios, uno debería tratar de cerrar los ojos, taparse los oídos y decidir por sí mismo. Mirarte al espejo y pensar que, aunque no seas igual que la gente de la tele y las revistas, estás bien como estás, puede ser un reto. Pero vale la pena intentarlo, ¿no?

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Paternidad

Para celebrar que ayer se ratificara por el Tribunal Consticional la igualdad del derecho al matrimonio para parejas herosexuales y homosexuales, y ya que estamos, también la reelección de Obama, la entrada de hoy va dedicada a uno de los puntos candentes de todo este asunto: la adopción.

En la entrada anterior comentaba esas manifestaciones que tuvieron lugar en Francia contra el derecho a la adopción por parte de parejas del mismo sexo. Los manifestantes montaron una especie de performance (puedes verla aquí) en la que venían a explicar metafóricamente que para que un niño alce el vuelo y aprenda a valerse por sí mismo, necesita una figura paterna y otra materna. Este es sin duda uno de los argumentos más utilizados por los contrarios a la igualdad en la adopción, y bueno, al menos le concedo la virtud de ser un razonamiento bienintencionado (a diferencia de otros), y también voy a reconocer que en el pasado yo mismo no sabía qué pensar por esta misma razón. Hasta que el tiempo, las conversaciones, y el simple hecho de aprender observando el mundo nos rodea me hicieron entender que las cosas no son tan simples.

Este asunto tiene cientos de ramificaciones, así que voy a tratar de no dispersarme demasiado. En primer lugar, ¿qué estamos diciendo cuando hablamos de una "figura" paterna o materna? ¿Qué hay exactamente que te pueda enseñar solamente un padre o una madre? Algunos saltarán inmediatamente: a usar una compresa, a a afeitarse, a maquillarse, a jugar al fútbol. Muchas de estas actividades "propias" de un sexo, como se observa inmediatamente, parten de una concepción sexista de la vida. Quizás no es la mayoría, pero dentro de la infinita variedad de las personas, hay desde luego miles de hombres que se maquillan y de chicas que juegan al fútbol. Y esto en el supuesto de que al hijo/a le vayan a interesar estos temas; pero con esto volvemos luego.

Respecto a las diferencias biológicas, el asunto en apariencia se vuelve más espinoso... pero la realidad es que desde siempre, con ayuda o sin ella, las personas nos las hemos apañado. La llegada de la regla, por poner un ejemplo, no tiene el mismo efecto en todas las niñas, y mientras que algunas lo comentan tranquilamente con sus padres, para otras es algo incómodo de contar, y ellas mismas se buscan la manera de tratar con ello por su cuenta. Los niños, como el pájaro de la performance francesa, necesitan ayuda, sí, pero son más capaces de adaptarse a las situaciones de lo que a veces se piensa.

El sexo es es otro ejemplo de elemento de la vida, universal en este caso, con el que nos encontramos según crecemos. En innumerables series, películas y cómics se hacen referencias, en plan comedia o en serio, a eso tan temido por los adolescentes llamado "La Conversación": ese momento en que tus padres te pillan a solas para avergonzarte hablándote de usar la cabeza, de tener cuidado, de no apresurarse, de esperar a la persona adecuada, de "protegerse"... ¿A algún adolescente del planeta Tierra alguna vez le ha servido de algo todo esto? La realidad es que lidiaremos con ello según vaya surgiendo, y las indicaciones tan vagas de nuestros padres nos van a servir de bastante poco ante la complejidad del tema.

Y ahora sí, llego al punto crucial de todo ese tema: las personas, a diferencia de lo que se pretende insinuar, no somos pequeños clones de nuestros padres, y nuestra personalidad y circunstancias van a ser inevitablemente distintas a las de ellos, ya sean una pareja heterosexual, homosexual o una mujer o un hombre solos. La hija de una mujer amante de la ópera y los vestidos de diseño clásico puede ser una gótica, fan del heavy metal y apasionada del snowboard. ¿Créeis que mamá podrá explicarle cómo teñirse un mechón del pelo de azul, qué bandas de heavy clásico debe escuchar, a qué festival debe ir o cómo usar la tabla de snowboard? ¿Créeis que papá, que odia el fútbol, podrá explicarle a Jorgito o a Laurita las normas del juego y cómo hacer el tiro con efecto? La realidad es cada uno de nosotros, con nuestro cerebro, nuestras manos y nuestro corazón, hemos escogido una serie de caminos en la vida, hemos tenido una serie de gustos, que no sabemos si elegimos nosotros o ellos nos eligieron, y en miles de ocasiones hemos tenido que recorrer este camino solos. Y aquí estamos, dándole patadas al balón, haciendo un porté, pinchando en una discoteca, componiendo esa canción, asistiendo a ese festival de cine de terror: haciendo todas esas cosas que tú mismo has aprendido o has elegido hacer aunque tus figuras paternas, fueran cuales fueran, no te las pudieran enseñar.

En el caso de una persona LGTB, pongamos un transexual, la cosa se complica aún más, porque la persona se encuentra conque sus padres, por mucho que le quieran, no van a poder servirle de modelo en esta circunstancia vital mucho más crucial que el deporte o las aficiones musicales. Y siguiendo por este camino, toca hacer referencia a ese temor más o menos abiertamente expresado por algunos sectores, de que un matrimonio homosexual "pegue" (ejem) su condición a su hijo. La realidad disipa cualquier duda al respecto: estadísticamente, en las familias homoparentales que ya hay, la incidencia de homosexualidad en los hijos no aumenta respecto a las demás familias. Y sobre todo: la abrumadora mayoría de personas LGTB del mundo han nacido en el seno de una familia heterosexual, y eso obviamente no cambió nada.

El problema, el verdadero problema, es que ser padre en el sentido filosófico y no en el biológico, es algo complejo, delicado, difícil, que implica una enorme responsabilidad y para lo que no todo el mundo vale. La naturaleza, como con tantas otras cosas, no siempre es "sabia", y no asocia un gen de la esterilidad a los futuros maltratadores, a los futuros padres crueles y despóticos, a los demasiado controladores o demasiado permisivos, a los psicópatas que destuirán la vida de sus hijos de mil maneras distintas. ¿Alguna ley del mundo, legal, natural o divina, evitará que alguien así pueda ser padre?

sábado, 27 de octubre de 2012

Solidaridad

La mini-entrada de hoy va dedicada a las dos heroínas de la semana: Julia y Auriane.

La historia seguramente ya la habréis leido en algún sitio: había una manifestación en Marsella (una de tantas que se celebraban por toda Francia ese día) para protestar contra el proyecto del gobierno de permitir la igualdad en el matrimonio y la adopción. Un pequeño inciso: es sorprendente que Francia, que históricamente siempre ha ido a la vanguardia en la conquista de derechos sociales, se haya quedado un poco rezagada en esto, pero estoy seguro de que pronto lo corregirán.

El caso es que estas dos chicas pasaban por allí, y ante el panorama (el lema de los manifestantes era "Una mamá, un papá. No se miente a los niños"), decidieron darse un largo beso, ante la indignación de los asistentes a la manifestación. Y lo mejor es que al parecer ninguna de las dos es lesbiana, y en palabras de una de ellas, "no hace falta ser homosexual para apoyarlos. Es un puro y simple gesto de solidaridad". En toda esta historia hay mucha tela que cortar, como por ejemplo ese concepto de "mentir" a los niños o de la necesidad de tener un padre y una madre, pero eso lo voy a reservar para más adelante y me voy a quedar con la parte que más me gusta de toda esta historia: el mensaje de que no hace falta pertenecer a un colectivo para apoyarlo. El mundo sólo puede avanzar cuando incluso aquellos a los que no les afecta algo de forma directa se implican emocionalmente.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Virginidad

A menudo se dice que la naturaleza es sabia. Como frase puede sonar bonita e incluso ser acertada en ocasiones, pero en general, si me preguntas, te diría que la naturaleza se equivoca, y muchísimo. Si fuera sabia, no existirían las alergias alimentarias. No existirían las enfermedades congénitas. No existiría...

... el himen.

Por una cruel casualidad de la evolución, este mísero pellejito hizo su aparición, y dio una terrible arma y  excusa más a todos los machistas del mundo para someter a las mujeres a más vejaciones y dolor. ¿Sirve de algo el himen? Evidentemente, no. Pero ahí lo tienes, vivo y coleando, y supongo que pasarán muchísimo tiempo más hasta que la evolución quite de en medio este fino tejido tan cargado sin embargo de connotaciones absurdas.

Recientemente emitían en la tele un reportaje sobre los jóvenes y el sexo, y dado que trataban de mostrar todos los ángulos y opiniones, salió también una familia (madre y si no recuerdo mal tres hijos, dos chicos y una chica) que defendía la virginidad hasta el matrimonio, en las chicas. La propia hija defendía este doble rasero, limitándose a decir que es que con los chicos "era distinto"; simplemente no se les podía pedir lo mismo. La madre y los dos chicos básicamente se encogían de hombros y más o menos tácitamente admitían que desde luego ellos no estaban esperando. Ojalá fuese sólo esta familia la que defendiese esta doble moral, pero como ya sabemos esta "tradición" o como quieran llamarla está extendida por decenas de culturas, religiones y países. ¿La razón? Estas personas sin duda argumentarían razonamientos de tipo religioso y/o moral. Pero la verdadera razón antropológica, en mi opinión, es tan obvia que da hasta vergüenza: sólo en las chicas la virginidad es "demostrable", así que la única virginidad que importa es esa. ¿Cómo averiguar si un chico es virgen? Fácil: no se puede. Así que, ¿para qué andar inventándonos normas morales si es facilísimo pasárnoslas por el forro? Sin embargo, el machismo, tan presente en tantas culturas alrededor del globo, no podía dejar escapar de sus garras la jugosa oportunidad de controlar de más maneras lo que hacían con su propio cuerpo las chicas.

Respecto a la posibilidad de que el himen se rompiera mucho antes, accidentalmente (haciendo deporte, por ejemplo), los defensores de la virginidad digamos que corren un tupido velo y prefieren saciar sus ansias de hacer daño fingiendo que desconocen esta posibilidad. "Si la chica no sangra, es que ha sido una puta, y no me distraigas con tonterías, que estamos muy ocupados lapidándola, echándola de casa o renegando de ella".

Existe un detalle más en todo este asunto del pase gratis para los chicos que siempre me ha resultado muy irónico. Veamos: las chicas deben ser vírgenes, ¿no? Y los chicos pueden hacer lo que les dé la gana. Pero... si las chicas tienen que esperar, ¿con quiénes se acostarán los chicos? Se me ocurren diversas soluciones: la homosexualidad, las prostitutas, y las chicas ajenas a la cultura X y que por tanto no están obligadas a ser vírgenes. Pero, ¡claro!, es que las culturas que dan esta importancia a la virginidad femenina no suelen caracterizarse por ser muy abiertas a la homosexualidad, creo yo. Así que esta la tachamos. Respecto a las prostitutas, entramos en una paradoja: si la cultura X prohibe la sexualidad prenupcial, ¡¿cómo va a ser ninguna chica prostituta!? La tercera opción es muy factible, en principio.

Lo que pasa es que todo esto me hace pensar una cosa. Si la religión o la cultura X permiten a sus hombres tener todo el sexo que les dé la gana antes del matrimonio, pero para poder tenerlo necesariamente tienen que recurrir a:

a) saltarse otras normas,
b) forzar el que otras chicas de su mismo grupo se las salten,
c) utilizar a chicas ajenas a su grupo,

¿no está la religión/cultura X haciendo la vista gorda para el resto de sus normas? ¿Y no es bastante absurdo que la religión/cultura X necesite que el resto de la gente del mundo no pertenezca a ella misma para poder permitir a sus miembros hacer uso de su libertad? Es algo así como si yo soy vegetariano, porque me parece que comer carne es algo inmoral, pero trabajo en una carnicería, y allí gano el dinero con el que comprarme mis verduras gracias a esos inmorales y degenerados que compran mi carne para comérsela, ¡los muy asquerosos! Muy coherente, sí.

Que quede claro que me parece muy respetable que cada uno decida reservarse hasta el momento que considere oportuno, o quizás para siempre. Pero que nadie decida por ti, y que en tu decisión no influya el miedo, la obligación o las ideas que otros hayan tratado de incrustar en ti.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Somos la noche (2010)

Director: Dennis Gansel
Guionista: Jan Berger, Dennis Gansel
Lema: Inmortales. Insaciables.
La frase: "Comemos, bebemos, esnifamos cocaína y follamos todo lo queremos, y no engordamos, ni nos hacemos adictas, ni nos quedamos embarazadas".

Cuando escuché hablar de esta película, lo primero que me vino a la mente fue que tenía todos los números para estar tan llena de subtexto (y texto) sobre feminismo, roles de género, lesbianismo y demás, que prácticamente le iban a reventar las costuras... salpicándonos a todos de sangre, claro. Y aún no sabía hasta qué punto.

La historia va así: un grupo de vampiras, una de ellas lesbiana, las otras más o menos ambiguas sexualmente, reclutan para su grupo a una joven ladrona y ex-convicta que proviene de un hogar desestructurado. Louise, la líder, controladora, eficaz y con un interior más agitado de lo que parece a primera vista, lleva buscando siglos a esa chica de ojos especiales que sustituya a su antigua novia, muerta abrasada por el sol. Nora fue transformada durante el Love Parade de 2001, y es efervescente, cariñosa e inmadura, y Charlotte, quizá la más interesante, es aparentemente fría e indiferente a todo, hasta que rascamos un poco bajo la escarcha y... Respecto a Lena, la protagonista principal, al comienzo de la película está completamente desorientada, un animal salvaje malviviendo entre los robos de poca monta, las huidas de la policia y su desamparo total ante una madre alcohólica y negligente.

La saga Crepúsculo y la última oleada de adaptación a todos los públicos del mundo del terror, con las muñecas Monster High como uno de los exponentes más claros (quién le iba a decir a Barbie que sus siguientes rivales iban a ser un grupo de adolescentes zombis, vampiras, fantasmas...) han conformado una visión muy distinta de los vampiros de la que tradicionalmente se tenía. De forma más o menos metafórica o literal, los vampiros eran un símbolo de la libertad sexual, de la amoralidad, de la ruptura con las normas. No es casual la asociación con el color rojo, el hecho de que casi todos los mordiscos son en el cuello, o la desinhibición que muestran casi todos los vampiros en casi todas las obras de ficción sobre ellos. Los vampiros son, en la psicología de Freud, el Ello personificado.

Pero donde Edward mira al infinito con gesto torturado y se niega a dejarse llevar con Bella, las vampiras de esta peli se pasan las noches de fiesta, se lían con quien les da la gana, y esnifan y chupan sangre todo lo que pueden y más, y uno no puede evitar sentir por un momento las ganas de ser también un vampiro. Además, como dice Nora en la frase que he resaltado más arriba: sin quedarse embarazadas. Si esto no parece una referencia a la aparición de la píldora y la consecuente liberación de la mujer, que baje dios y lo vea. Y aún más: en uno de los conceptos más interesantes que aporta la película, Louise explica que la población vampira se compone exclusivamente de mujeres: los hombres, ruidosos y descuidados, acabaron exterminados por su propia estupidez y por las vampiras, que decidieron que estaban mejor sin ellos. Así es: en esta película, el submundo vampiro es un matriarcado, y además un club muy reducido con sólo un centenar de integrantes en todo el mundo. Siendo sinceros, lo cierto es que el comportamieto de nuestro trío de vampiras no es que sea muy discreto, ya que el reguero de cadáveres que dejan a su paso es considerable, pero en fin, creeremos la palabra de Louise de que ellos eran aún peores.

Mientras veía la pelicula, al principio, no podía dejar de pensar si todo esto no tenía un corazón misógino y de explotación sexual: un grupo de chicas liberadas cuya libertad básicamente equivale a ser malvadas y materialistas, lesbianismo tanto insinuado com explícito entre chicas guapas y elegantes, y la guinda: un dilema amoroso entre la depredadora madura, posesiva y manipuladora, y el tierno, cálido y bonachón policía que se cruza en el camino de Lena. Es inevitable observar que la opción heterosexual se presenta aquí como la salida "moralmente correcta" en un mundo como el vampírico, corrupto y oscuro y acompañado de música tecno, indicador infalible en cualquier película de degradación moral y/o descontrol.

Pero, y esto es lo que salva la película, con la excepción de Tom, el policía, que es el personaje más plano, todas las chicas tienen la suficiente profundidad psicológica para ser algo más que un cliché. Sí, las vampiras son asesinas sin escrúpulos, pero también son capaces de amar y sentir intensamente: Louise busca reencontrar el amor perdido, pero es una búsqueda amarga y desesperada, porque no se engaña  a sí misma. Nora trata de frenar sus impulsos homicidas cuando alguien le importa. Charlotte, bajo la capa de indiferencia, arrastra un dolor íntimo por algo que no quiero revelar para los que no la hayan visto, sumado al desengaño que deja intuir que siente por haber sido desplazada en el ranking del harén personal de Louise. Y de Lena qué decir: si bien al principio de la película se encuentra completamente sola y desamparada, no asume en absoluto el papel de víctima: se trata de una guerrera nata, capaz de buscarse la vida con sus robos de poca monta, escapar de la policía en una tremenda persecución que incluye saltar por una valla de alambre de espino, y cuestionar las decisiones de su madre/amante vampírica. Finalmente, gracias a este desarrollo de los personajes, la película evita caer en una moralidad de blancos y negros, y por eso finalmente me quedo con la opinión de que no es ni misógina ni homofóbica, aunque por momentos flirtee con ambas cosas.

domingo, 16 de septiembre de 2012

El test de Bechdel

A veces un chispazo de genialidad espontáneo puede dar pie a algo muy grande. Algo así ocurrió con esta tira cómica de Dykes to watch out for  ("Unas bollos de cuidado", en su versión española), de Alison Bechdel, que sin comerlo ni beberlo dio a luz un sencillo pero increíblemente acertado mini-test para valorar el contenido de las películas desde el punto de vista de la representación de géneros. Sólo tiene tres puntos. La película en cuestión...

1. Incluye al menos dos personajes femeninos ("que tienen nombre propio", se suele añadir),
2. que tienen al menos una conversación,
3. que no trata de un hombre en concreto o de los hombres en general.

Tremendo. Pero antes de entrar en harina, unas cuantas cosas que hay que considerar. En primer lugar, es evidente que el test no se puede aplicar siempre muy estrictamente. Una película bélica de la II Guerra Mundial centrada en el día a día del ejército americano lógicamente no puede presentar ningún personaje femenino, porque en ese contexto no los había. Por otro lado, está claro que un autor puede querer crear su obra centrándose solo en personajes masculinos o personajes femeninos, y su obra no tiene por qué ser por definición machista o feminista respectivamente, sino que por la razón que sea el autor ha decidido centrarse en un solo sexo. El test realmente se aplica bien en el contexto de películas más "generales", como comedias, cine de acción, dramas...

Por otro lado, es muy posible que una película o serie supere el test y sin embargo resulte machista. Quizás las mujeres de la película sean muchas y hablen de todo menos de hombres, pero eso no impide necesariamente que su retrato pueda resultar misógino o sexista. Una última cosa: que una película supere el test tampoco implica que sea buena, ni lo contrario si lo suspende.

Pero dicho todo esto, el test tiene un valor enorme como detector de connotaciones y mensajes implícitos en las películas, y para analizar cómo se representa a los sexos en la ficción en general. La próxima vez que veas una peli, tenlo en mente y te darás cuenta de que aprobar el test no es tan fácil como puede parecer. Las implicaciones del test, que saltan a la vista sólo con leer los puntos, son tremendas: en una gran parte de la ficción, las mujeres juegan un rol meramente de "novia de", como un satélite romántico de su protagonista. Él debe salvar el negocio, destapar la terrible conspiración, destruir a todos los enemigos. Ella sólo habla de él, sólo piensa en él y es, por encima de todo, su chica. Cuando dos o más chicas se juntan, lo hacen para hablar de él, o de "ellos".

En muchas ocasiones (en el cine de acción de los 80 y 90 puedes ver decenas de ejemplos clarísimos), "la chica" (sólo una) únicamente es utilizada por los creadores para introducir unas gotitas de romanticismo a la trama principal y dejar clara la sexualidad del protagonista (no vaya a pensar el espectador que ese héroe tan musculoso y viril es, glups, ya sabes); o quizás ella misma es la excusa argumental que pone en marcha la trama, cumpliendo el arquetipo de la damisela en apuros. Ya sea una compañera o un trofeo, lo que queda claro es que todo lo que ella es o deja de ser, lo es en relación a él. Otras películas, y paradójicamente muchas dirigidas al público femenino, presentan un grupo de chicas protagonistas, las cuales... se pelean entre sí por conseguir al guapo de turno, con lo cual todas sus interacciones giran en torno a él, o bien todo en sus vidas está centrado en una constante búsqueda del chico perfecto, con lo que, de nuevo, todos los diálogos son sobre, todos a coro, el sexo opuesto. Si te parece que el test es exagerado y que tampoco hay que ponerse así, prueba a hacer el Test Inverso de Bechdel, o sea, lo mismo pero cambiando mujeres por hombres, y verás que, de pronto, conseguir el aprobado ya no es tan difícil para casi ninguna peli o serie.

Pese a la evolución social, el hombre sigue siendo "el sexo por defecto", y esto se refleja en el rol que juegan a menudo las chicas en las obras de ficción. Si lo que le define a él son su personalidad y sus circunstancias en la obra, y lo que la define a ella es que es chica y "por tanto" está enamorada de él y su presencia sólo sirve para añadir romance a la historia o servirle al chico de premio, es que algo está pasando, ¿no?

En esta página se puede encontrar una lista enorme de películas calificadas según el test, algunas con comentarios adicionales. Si te pasa como a mí, verás que cuando uno lo conoce, ya es un impulso casi automático aplicárselo a cualquier película o serie que estamos viendo, y es entonces cuando descubres cosas curiosas, como por ejemplo que algunas películas pensadas "para mujeres"... no logran aprobarlo. Da que pensar.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Matar marcianos es tarea de todos


Muchos habrán oído hablar de Kickstarter, una página web donde se proponen proyectos con los que la gente puede colaborar desinteresadamente. Y cuando digo "colaborar", me refiero a donar dinero ;) La idea es muy buena, llena de potencial y aunque parezca mentira, ha funcionado y sigue funcionando en multitud de casos. Sólo lamento que, por lo que he podido ver, todas las categorías son, digamos, artísticas, es decir, que se puede ayudar en la financiación de películas, videojuegos, exposiciones de arte, alimentación... Pero no hay una sección de proyectos "sociales", con el potencial que esto podría tener. Quizás los creadores han pensado que para eso exactamente están las ONGs, lo que no deja de ser cierto, y por otro lado, los proyectos de Kickstarter, de manera oblicua, también pueden contribuir a cambiar el mundo, quizás permitiendo que un director de cine con muchas cosas que decir pero ningún estudio que se atreva a financiar su película, logre llevar a buen puerto su idea... O quizás permitiendo que se realice el proyecto del que voy a hablar hoy: la feria GaymerCon 2013.


Si nada se interpone y el mundo no termina a finales de 2012, el 3 y 4 de agosto de 2013 se celebrará la GaymerCon, la primera feria de videojuegos especialmente dedicada a jugadores LGTB, a la que obviamente puede asistir cualquier persona tenga la orientación que tenga, como se sobreentiende que ya era el caso con las demás ferias. ¿Y de qué sirve esto entonces? Pues de bastante, en mi opinión, ya que esto abre una grieta más en el muro de los estereotipos. El mundo de los videojuegos era tradicionalmente considerado un gueto para hombres, principalmente adolescentes etiquetados como "frikis". Sin embargo, pronto los departamento de marketing del mundo vieron lo absurdo que era centrarte en una pequeña porción del mercado, cuando podían darle un bocado mucho más grande al pastel.

Es un poco triste, si lo piensas, cómo uno de los factores principales para superar prejucios y fomentar el respeto por los grupos marginados es convertirlos en un segmento de mercado lucrativo. ¿Quién quiere que los videojuegos sean sólo cosa de hombres cuando el otro 50% de la población tiene la billetera disponible también? ¿Tiene sentido que el director de un hotel sea homofóbico cuando, con un poco de publicidad extra, su hotel puede aumentar sus reservas con parejas gays y lesbianas, probablemente sin hijos y por tanto con más dinero para gastar en otras cosas? El respeto y la igualdad se consiguen muy rápido por la vía de la rentabilidad.

En fin, le deseo mucha suerte a la GaymerCon. Si el evento alcanza la suficiente popularidad (y pienso que así va a ser: es una noticia curiosa), mucha gente se verá en la situación de replantearse el estereotipo firmemente plantado en sus cabezas. Revisar el concepto de que un gay sólo puede estar obsesionado con las cremas, el gimnasio y la ropa, la idea de que una chica no puede pasar un buen rato matando zombis en perspectiva de primera persona.

Y de este replanteamiento sólo pueden salir cosas buenas :)

jueves, 6 de septiembre de 2012

Evolución del rol de los personajes homosexuales

Antes de empezar, una puntualización: cuando hablo de personajes homosexuales, voy a referirme a gays y lesbianas exclusivamente. De los personajes transexuales también hay cosas que decir, por supuesto, pero creo que su evolución ha sido muy distinta y se merecerían un artículo aparte. Respecto a los bisexuales, en general parece que a los guionistas del mundo se les rompen completamente los esquemas con ellos y no tienen ni idea de cómo tratarlos, dejando de lado el cliché del "vicio" y demás. (Hay mucha tela que cortar sobre esto último... antes o después volveremos con este tema). Y una cosa más: voy a hablar de las series y películas del mundo occidental. Sin duda en otras partes del mundo la cosa ha sido muy distinta. ¡Empezamos!

Fase Uno: Las aventuras de los seres invisibles

Pues poco que añadir al título. Al principio simplemente los personajes gays y lesbianas eran inexistentes o casi invisibles. El matiz es importante, ya que en ocasiones los creadores trataban de incluir sutiles insinuaciones de relaciones homosexuales. Tan sutiles que a veces ni los propios actores lo sabían... el ejemplo más famoso es el de Charlton Heston en Ben Hur, donde sólo el director y el actor coprotagonista sabían lo que pasaba (al parecer, corrían el riesgo de que si Charlton Heston se enteraba del subtexto de su relación con el coprotagonista, abandonara la producción). Por supuesto nada se materializaba explícitamente.

Fase Dos: El bufón y la psicópata entran en acción

Entramos en una fase que vista hoy resulta impactante y tremendamente ofensiva. Los personajes homosexuales comenzaban a salir a la luz, pero su retrato no es que resultase muy positivo. En el caso de los chicos, principalmente desempeñaban el papel del gracioso-ridículo-imbécil de la película. Invariablemente eran personajes muy amanerados, con la libido siempre debordante (cualquier personaje heterosexual les atraía inmediata y visiblemente; y cuando digo cualquiera es cualquiera), y aparentemente cobardes y poco inteligentes, nunca tomando parte en la acción y limitándose a chillar y a flirtear con el protagonista heterosexual, aparentemente incapaces de ver que a éste le gustaban las chicas. Este cliché en la tele está bastante desterrado, pero en la mente de determinadas personas lamentablemente sigue muy presente.
Lo de las chicas era incluso peor: en el caso de ellas, se trataba siempre se psicópatas que rompían las normas de la sociedad bienpensante, mostrando descaradamente su independencia de los hombres. Por supuesto, su lesbianismo provenía de algún trauma de juventud o de su misandria congénita (misandria: lo contario de la misoginia. El hecho de que una cosa sea mucho más desconocida que la otra da que pensar). La lesbiana loca, al igual que el gay payaso, tenían muchos números para morir antes de que llegasen los créditos finales, aunque en el caso de él, por su cobardía y su estupidez, y en el de ella, porque su psicopatía en algún momento se volvía en su contra. Como ejemplo de las chicas, tenemos la famosísima Instinto Básico, de los 90, y respecto a los chicos, miles de comedias españolas de los 70-80.

Fase Tres: El anzuelo para testosterona y el paño de lágrimas que todo lo sabe


La siguiente fase ya no es tan abiertamente homofóbica: a primera vista incluso puede parecer que se ha avanzado mucho. Y supongo que de cierta manera es cierto, y que quizás hacía falta esta fase para poder llegar a una situación mejor posteriormente. Pero esto no impide que un análisis un poco más profundo revele la condescendencia, el machismo y la homofobia sutil que hay en esta fase de los estereotipos. Vamos allá.
Las chicas, llegado este punto, ya no estaban locas y no merecían morir. La progresiva apertura de miras cultural las había convertido en algo mucho más goloso y vendible de cara a la audiencia: ¡un reclamo para los tíos! Como bien sabemos todos, una de las fantasías más comunes de un hombre heterosexual son dos chicas guapas liándose. Pero estas chicas tenían/tienen que cumplir una serie de requisitos: en primer lugar una apariencia muy femenina, es decir: pelo largo y sedoso, curvas, ropa sexy, uñas pintadas, pintalabios, maquillaje, etc. La presencia de una "caminonera" de pelo cepillo y maneras rudas provocaría un gatillazo instantáneo, así que en esta fase de la evolución, nunca vamos a ver a ninguna chica de este perfil ni tampoco a ninguna chica a la que le gusten este tipo de mujeres. Además, las chicas involucradas no deben ser técnicamente lesbianas... sino bisexuales, para que así se cumpla totalmente la fantasía masculina de participar en el trío y darles a ambas lo que "les falta".
Respecto a los hombres, su representación no tiene este punto de explotación como reclamo sexual (porque al espectador medio la sola idea le pone los pelos de punta). En este estadio de la evolución, aparece el "mentor gay": ese mejor-amigo-de-la-protagonista que sabe  de todo y ofrece una dosis de comedia facilona al asunto. Los rasgos típicos de este personaje son: de nuevo, una pluma o amaneramiento visible, un acentuado sentido de la estética (si es peluquero, puntos extra), un humor sarcástico y, la guinda, un gran conocimiento de todo lo relacionado con, valga la redundancia, las relaciones. Él sabe cómo debe comportarse nuestra la chica delante del chico a conquistar, qué ropa llevar, cómo enviarle señales, y de regalo, qué pretende el guaperas en cuestión. Lo gracioso es que uno se pregunta de dónde procede toda esta sabiduría, ya que otro de los rasgos del gay-mentor es que nunca sale con nadie. Única excepción: quizás al final de la película la chica se saque de la manga un nuevo conocido gay, y zas, compatibilidad inmediata. Pero no esperes ver ningún desarrollo de personajes ni nada que justifique su atracción: los dos son gays, por tanto tienen que gustarse, nos dice la película.

Fase Final: Pinocho y la muñeca inflable cobran vida
 
Y llegamos por fin a la fase en la que por fin tanto el gay como la lesbiana se convierten en personajes de carne y hueso, y se les permite tener sus propios problemas, deseos y aspiraciones. Ya no son un satélite de nadie, ya no son una herramienta de guión, ya no son un truco para subir los demográficos alimentando el morbo. Por otro lado, individualmente, se empiezan a hacer retratos que indagan más allá del estereotipo, y aparecen hombres a los que no les gusta la música disco ni los musicales de Broadway, chicas con cualquier longitud de pelo imaginable y profesiones no forzosamente relacionadas con el transporte de mercancías... (Apunte: es perfectamente válido y realista encajar dentro de un cliché, pero la clave está en si la caracterización va más allá de esto. Dos personas pueden ser gays y peluqueros, pero es no significa que sean clones).
En esta fase a los personajes ya se les permite tener una vida sentimental y sexual más o menos explícita, con todas las consecuencias argumentales que esto conlleva. Como ejemplos, tenemos evidentemente las dos series bandera The L Word y Queer As Folk. Una última puntualización: al igual que CSI o El Padrino no recogen TODAS las posibilidades de los "tipos" de heterosexuales que existen, tampoco lo hace ninguna de las dos series que nombro. Ninguna serie o película o libro o etc. del mundo puede llegar a retratar toda la variedad de personas que existen, han existido y existirán.


Como veis no he asignado años, ni siquiera décadas, a las diferentes fases. La verdad es que quizás podría haber delimitado décadas para diferenciarlas, pero me parece que los límites no están tan claros. Siempre hay gente que se adelanta a su tiempo, y viceversa. Podemos encontrar los estereotipos más rancios en películas rodadas en 2010, y personajes llenos de matices y retratados con esmero y respeto en obras muy anteriores a la existencia siquiera de las siglas LGTB.

lunes, 27 de agosto de 2012

"Espléndida"


"Fulanita, fantástica tras su embarazo"

¿Cuántas veces al año lee uno este titular en las revistas "del corazón"? La historia siempre es similar: determinada famosa, cuya profesión siempre es modelo, actriz, cantante o presentadora (aquí las astronautas o las escritoras no valen), conocida por su belleza, es mostrada en la portada de la revista X saliendo de las aguas de alguna playa "paradisíaca" luciendo un sensual bikini y una figura "espléndida", escasas semanas o días tras haber dado a luz. Dentro de la revista, quizás la famosa en cuestión explique la "dieta" que ha llevado a cabo para lograr bajar mucho peso en tiempo récord (dietas que se resumen básicamente en morirse de hambre durante unos días). Lo que pasa es que el embarazo y el parto no suelen ser cosas muy compatibles con las figuras que estos medios consideran espléndidas. 

Y no tienen por qué serlo. La prioridad no debería ser estar guapísima diez segundos después de haber dado a luz, ni tampoco lucir las ropas de diseños más espectaculares mientras dura el embarazo. Estar embarazada y tener un hijo te puede hacer guapa de una manera muy concreta (o no: hay embarazos que llegan a ser un suplicio, y tras el nacimiento aparece el riesgo de la depresión post-parto), pero en todo caso es una belleza muy distinta a la que muestran las revistas de moda. Pero la cuestión, lo que importa de verdad, es que has dado a luz a una persona. ¿Quiero decir con esto que las madres tendrían que vestirse en chándal y camiseta de publicidad del supermercado de la esquina para mostrar que lo importante es el niño? No, a menos que a la madre le importe un pepino sus aspecto y le dé la gana llevar cualquier cosa con tal de estar cómoda, lo cual me parece totalmente defendible y válido. El problema es que tengo la sensación de que para los medios, el primer y único factor a considerar es EL ASPECTO, y lo demás da absolutamente igual.

Por cosas como esta, y por miles más, la prensa rosa y las revistas de belleza me parecen simple y llanamente uno de los cánceres de nuestra sociedad. Es posible que determinadas personas posean una genética que les permite recuperar una figura igual a la que tenían antes del parto. Es posible también que, si no la genética, otras personas posean una cuenta bancaria que les permita las cremas, los tratamientos, los preparadores físicos y todos los medios del mundo disponibles para ir en contra de la tendencia biológica natural y conseguir que las revistas te den el "aprobado" en sus portadas. ¿Poseen el 99% de las mujeres del planeta Tierra una de las dos cosas? ¿Es de verdad necesario que las posean?

Finalmente, ¿para qué sirven estas portadas? Pues para lo único para lo que suelen servir estos medios: para fomentar la baja autoestima. Para presentar modelos estéticos inalcanzables. Para servir de espejo deformante. Para decirte: Tú nunca serás así.

No todo el mundo desea ser padre. No todo el mundo que lo desea puede ser padre. Y mucha gente que lo desea consigue cumplir ese deseo. Y si este es tu caso, ¿importa de verdad algo más?

jueves, 23 de agosto de 2012

Cómo empezó esta historia...

Un día, mientras leía el foro de imbd sobre la película Brave, leí el siguiente diálogo entre dos usuarios:

Como hombre, no me involucré en la historia tanto como en Wall-E, Toy Story o Up. La película está increíblemente bien realizada, pero no me sentí tan involucrado emocionalmente con ella como me suele pasar con Pixar, porque el principal tema que se trataba era la relación madre-hija (…)”

A lo que alguien respondió:

¿Entonces las niñas no conectan con El Rey León por culpa de la relación padre-hijo? La realidad es que a los niños socialmente se les educa para que no empaticen con los personajes femeninos, y por eso no podías identificarte con ella. En las otras películas de Pixar los personajes son principalmente masculinos, y para ti eso es lo “universal”, porque percibes a los hombres como la opción por defecto y a las mujeres como un nicho de mercado”. 

Esta reflexión me pareció tremendamente certera e impactante. Basta mirar un poco a tu alrededor para descubrir que es... la pura verdad. ¿Cuántas veces hemos oído decir que tal directora de cine imprime "una sensibilidad femenina" a sus películas? ¿Cuando se habla de un grupo de música, habéis escuchado alguna vez que alguien resalte que todos los miembros de el grupo son hombres? ¿A que lo contrario sí? ¿Alguien recuerda alguna serie infantil para niños y niñas cuya protagonista sea femenina? La lucha por la igualdad de sexos, incluso en las sociedades supuestamente más "avanzadas", sigue vivita y coleando, y a veces me pregunto si no es una batalla sin final. 

Y así, como quien destapa una botella de refresco después de agitarla (y se pringa completamente), surgieron miles de reflexiones que esperaban salir y que desembocan en este blog. 

Gran parte de la inspiración me viene de las horas y horas dedicadas a Tv Tropes, seguramente mi página web favorita, donde se desmenuza con un grado de detalle, agudeza y amplitud de miras demenciales casi cualquier cosa que se te ocurra, desde películas y series hasta canciones, libros, videojuegos, cómics, países (la página dedicada a España es muy curiosa), famosos, y hasta la propia Vida Real como si de una película se tratara. La idea de la página es básicamente catalogar y analizar los tópicos y arquetipos de la ficción y el mundo en general. 

Otra página que me inspiran es el blog de Dr She Bloggo, una bloguera con una inteligencia, unas dotes de observación, una perspicacia y un talento tales que te hacen desear que algún día llegue a la presidencia de su país (creo que es americana). Su blog trata casi exactamente de lo mismo que el mío, añadiendo además del feminismo, los temas LGTB y las representaciones que se hacen de la mujer en la tele, un interés, en sus propias palabras, sobre los "engranajes de la narrativa". 

Y por último, Cinema de Merde, donde un neoyorquino llamado Scott analiza con mucha ironía, perspicacia y un humor a menudo amargo todo tipo de películas, desde los últimos estrenos hasta clásicos y películas de serie Z. Scott afirma en su "Manifiesto" de presentación que lo que importa de una película no es que sea buena o mala, sino que entretenga, y que no debemos dejar que su grado de cutrería interfiera en nuestro interés por sus ideas. Scott tiene secciones por géneros, uno de ellos centrado en películas de tema LGTB, y es especialmente crítico con la representación que se hace de estos temas en las películas, con ensayos tremendos comentando el rol de las "chicas supervivientes" en las pelis de terror o del típico gay gracioso/ridículo en las de acción.

Antes de acabar la presentación, una nota sobre el título. Después de darle muchas vueltas y pensar en un título que fuera curioso y tuviera alguna relación con el tema, me vino por fin la idea, y a continuación me fui a Google a ver si existía ya otra cosa con este nombre (ya me había pasado con otros títulos posibles). Pues algo había, sí, concretamente dos cosas: un grupo de hip hop reivindicativo llamado Pink Punk (no me queda claro si siguen en activo), y un fanfic de la serie de televisión Glee dedicado a la relación lésbica entre los personajes de Quinn y Rachel (relación que en la serie en sí no ocurre, pero que muchos fans sentían que se insinuaba en forma de subtexto). Bueno, tiene gracia porque son dos cosas muy distintas entre sí, pero a la vez de cierta manera relacionadas con lo que quiero hacer aquí...

Así que me ha parecido una coincidencia feliz :)